Somos papás primerizos. De mellizos.
Y aunque teníamos un plan, la vida como siemprenos mostró que el verdadero viaje es el que se vive presente, no el que se planea. Yo tengo 37 y Edu 39. Llevamos cinco años de novios y uno compartiendo casa. Habíamos organizado todo para “el año que viene”: un dormitorio más, tiempo para acomodarnos, espacio para construir con calma.
Pero el alma tenía otros tiempos…
Y cuando vimos esa ecografía que decía “no es uno, son dos” una nena y un varón, nuestras risas fueron la única respuesta posible.
Ahí entendimos que el verdadero plan era poner en práctica todo lo que veníamos cultivando en nuestro camino de autoconocimiento. No hay manual para esto. No hay forma perfecta. Pero como pareja, lo que sí hay es sostén, respeto, amor, comunicación y mucho trabajo emocional en equipo. Cada uno es responsable de su mundo interno, de sus emociones, de sus sombras y de su manera de acompañar.
Y desde ahí construimos. No desde la exigencia, sino desde el deseo de acompañarnos, sostenernos y transformarnos con esta experiencia. Sabemos que no todas las mamás cuentan con un compañero presente. Y por eso, desde acá, abrazamos profundamente a las que maternan solas, a las que son mamá y papá al mismo tiempo, a las que hacen magia todos los días con lo que tienen.
Las honramos y las aplaudimos.

Este espacio no busca idealizar el vínculo, sino mostrar que gestar en equipo es posible cuando hay consciencia, compromiso y amor real. 

Jime & Edu